¿Qué es lo más importante en tu vida?
Hace unos meses me hicieron una pregunta en Tiktok que me puso a pensar: ¿Qué es lo más importante en tu vida? Y te puedo adelantar que no es el dinero, la fama, el éxito o vender muchos libros y convertirme en «bestseller».
Nuestras prioridades van cambiando conforme adquirimos experiencia y nos damos cuenta de que aquello que aparenta ser importante en nuestra sociedad, como la conocemos hoy, realmente no lo es, pues como bien decía Wayne Dyer:
Lo más importante en mi vida hoy, es mi libertad, pero no creas que mi libertad ha venido sin un precio a pagar, lo he pagado y lo vale completamente.
Y aunque, según yo, siempre ha sido lo más importante, hace poco me di cuenta de que para mi mente no lo era, subconscientemente relegaba la libertad y regalaba mi sentido de bienestar, por pertenecer, por formar parte y porque los demás tuvieran una buena opinión de mí.
Hoy que me pongo a reflexionar al respecto, he vivido mi libertad, pero con un incipiente deseo de ser esclavo constantemente.
En muchos momentos en mi vida he buscado la esclavitud y tal vez tú lo has hecho también sin darte cuenta, pero en mi caso, algo en mi interior no lo ha permitido, a mí me gusta pensar que es mi espíritu, mi consciencia, mi verdadero ser o mi yo divino como lo llamo ahora, pero a ciencia cierta no tengo ni idea y el nombre no es importante.
¿A qué me refiero cuando digo que buscaba la esclavitud?
Con la esclavitud me refiero a dejarme llevar, a querer encajar, formar parte de grupos, o de la sociedad, hacer lo que todos hacen y ser como la mayoría, supongo que proviene del miedo innato al rechazo y la necesidad biológica de pertenecer a un grupo por supervivencia.
La forma que elegía de emprender también es una forma muy intensa de esclavitud, tener que pensar todo el tiempo en mi marca, en mi imagen, en lo que muestro o no de mi personalidad y mi ser es algo desgastante e inútil, por decirle bonito.
Mis primeros 40 años de vida los pasé así, aunque vivía en mi libertad aparente, en la que no tenía ni un centavo, pero era, según yo, totalmente libre. Déjame decirte que no lo era, mi libertad estaba condicionada, atada a un personaje, a reglas, a marcas personales, a trabajitos de poca monta que me daban de comer, era esclavo del dinero y de mis propias creencias y carencias.
Estas mismas creencias y carencias provocaban un ciclo interminable de frustración y angustia, al creer tonterías como que el dinero es escaso, que la gente está sufriendo recesiones y comparar al mundo y su economía con mis propios resultados, cobraba siempre muy poco por trabajos altamente profesionales y demandantes, resultando en más escasez y frustraciones autogeneradas.
Y es y siempre ha sido mi responsabilidad y mi propia mano quien lo ha causado, eso lo veo con claridad, tal vez en algún momento de mi pasado llegué a culpar a clientes, a gobiernos y a situaciones económicas globales, pero hoy puedo ver que solo era mi tema y mis creencias lo que me limitaban.
Solía resistirme constantemente a la esclavitud mientras la buscaba inconscientemente, por lo que, como era de esperarse, vivía en una dicotomía constante y una división interna extenuante.
¿Cómo rompí con los patrones de la esclavitud?
Hoy soy consciente de esta búsqueda de esclavitud en trabajo, en relaciones, en marcas personales, en personajes de vida y en nichos de mercado. Y gracias a esta consciencia es que puedo romper con todos los patrones y vicios de mi pasado.
Pero es importante remarcar que lo he hecho sin culpas, sin resentimientos, solo observándolo y haciéndolo parte de mi vida, de mi experiencia y lecciones de vida, con la paz que me inspira el saber que siempre he hecho lo mejor que puedo con el nivel de consciencia que he tenido e integrándolo como parte de mi ser, sin etiquetas ni juicios innecesarios.
La forma de romper cualquier patrón, ciclo, creencia o paradigma, es traerlo a la consciencia, observarlo y cuestionarlo, es algo que se ha hecho por siglos, los japoneses lo llaman «hansei-kai» (autorreflexión honesta y humilde), y es algo que se hace y recomienda constantemente en diversas culturas del mundo, Carl Gustav Jung decía:
Por lo que preguntarse de forma genuina y sin mentirnos a nosotros mismos preguntas como:
- ¿Qué es lo más importante en tu vida?
- ¿Qué me gusta hacer y que hago por «obligación»?
- ¿De qué puedes prescindir en tu vida?
- ¿Hay algo que te gustaría hacer o experimentar antes de morir?
- ¿Por qué lo consideras importante?
- ¿Lo que haces y dices resuena contigo o lo aprendiste en algún lado?
- ¿Realmente creo en esto?
- ¿Me consta?
Es algo fundamental para ir poniendo en orden lo que realmente valoramos y creemos, ser congruentes con nosotros mismos y ver qué patrones, reglas y deberías, hemos adoptado de nuestro entorno, de la sociedad, de la historia, o de la influencia de los medios.
De la misma manera descubres que es lo que realmente importa en tu vida y lo que no; ajustas tus prioridades y dejas de perder el tiempo pareciendo ocupado, haciendo cosas que no quieres, ni necesitas, tratando de quedar bien con personas que no te suman y comprando cosas sin utilidad real a meses sin intereses, para que de este modo te puedas enfocar en lo que realmente resuena con tu ser.
El precio a pagar
Cuando escuchamos que hay que pagar un precio, nuestra mente inmediatamente se va hacia lo económico, pero hay muchas otras maneras de pagar el precio y muchas veces con activos mucho más valiosos que el dinero.
A lo que me refiero con esto principalmente es al tiempo, el tiempo que me tardé en cuestionar realmente mis creencias y patrones, el tiempo que pasé buscando que la esclavitud me aceptara como parte de su sistema, el tiempo que pasé en total negación, discordia, renuencia y deshonestidad hacia mi mismo. Espero que este post te ayude a acortar ese tiempo en tu vida, porque sé que para mí fue necesario y que es un precio que valió totalmente la pena pagar y mantengo la esperanza de que le sirva a alguien más.
Hoy, aquí y ahora, mientras escribo este blog post, me encuentro en absoluta libertad, digo lo que se me antoja, como se me antoja y escribo lo que me nace sin pensar en nadie ni nada más, si lo lee alguien maravilloso y si no también; no necesito ofender, ni generar discordia o separación para ser libre, tampoco dar discursos polarizadores con la finalidad de expresar mi opinión, solo soy libre y disfruto mi presente así.
No sé que precio vas a pagar, recuerda que no te conozco y no puedo escribirte directamente a ti, solo puedo esperar que algo de todo esto te sea de utilidad.
Resumiendo: ¿Qué es lo más importante en tu vida?
En resumen, esa libertad que siempre ha estado latente en mi vida, pero que nunca había abrazado por completo hasta ahora, es algo invaluable para mí y mi prioridad número uno, como también lo es mi respeto por tu libertad, de ser hacer y tener todo lo que quieras en esta vida.
Recuerda que la libertad termina donde comienza la del prójimo, que no podemos andar pisando a otros en pos de la libertad, que no debemos usar la libertad como un pretexto para crear guerras o discordia entre nosotros, que nuestra libertad vale exactamente lo mismo que la de los demás.
Espero que encuentres realmente lo que es importante para ti, y que lo mantengas en tu vida como algo sagrado e inamovible, que comiences a vivir una vida a tu manera, sin importar el que dirán, las cancelaciones en redes o el ruido exterior.
Es tu vida y solo tú puedes vivirla, así que: ¿Qué es lo más importante para ti?
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